Batlleiroig es una oficina multidisciplinar ubicada en Barcelona que combina las prácticas del Planeamiento, el Paisajismo y la Arquitectura. Fundada en 1981 por Enric Batlle y Joan Roig, está formada por más de 145 técnicos de diversas disciplinas.

Imagen superior: de izquierda a derecha, los socios de Batlleiroig: Helena Salvadó, Josep Batlle, Albert Gil, Enric Batlle, Ivan Sánchez, Joan Roig, Joan Batlle y Abel Porcar.

Comprometidos con el medioambiente e implicados en la búsqueda de soluciones para resolver la emergencia climática del planeta, en Batlleiroig se habla de Paisaje y de Naturaleza desde su fundación. ¿Creéis que la transversalidad de disciplinas es la clave de la nueva arquitectura?

Entendemos la Arquitectura como un proceso continuo donde se superponen diversas creatividades, combinando transversalidad y especialidad con diferentes técnicas con el objetivo de obtener la máxima eficiencia en el resultado.

Procuramos ser especialistas en cada una de las disciplinas que practicamos –Ciudad y Territorio, Paisaje y Espacio público, Arquitectura y Construcción– pero sin olvidar la imprescindible transversalidad que hoy se requiere para desarrollar cualquier intervención.

¿Nos podéis explicar vuestro programa “merging city and nature”?

Se trata de un discurso que, a lo largo de nuestra trayectoria, fruto de la evolución, se ha concretado en un férreo compromiso con el medioambiente y en una aproximación donde el objetivo común de todas nuestras intervenciones reside en la búsqueda de soluciones para resolver la emergencia climática.

Como denuncia Richard Sennett en “Construir y habitar”, el urbanismo contemporáneo se ha convertido en una disciplina fracturada, dividida entre el conocimiento sobre construir y el conocimiento sobre habitar. Para superar esta fractura buscamos volver a los orígenes de la disciplina, como en los tiempos del movimiento moderno, cuando ambos conocimientos eran inseparables. Debemos construir una ciudad abierta, inclusiva, saludable, porosa, habitable, llena de interacciones e infiltraciones en lugar del modelo de fronteras cerradas que domina la ciudad moderna, donde los hábitats urbanos quedan troceados en partes segregadas por los flujos de tráfico y por el aislamiento entre zonas de usos o rentas diferenciadas. Debemos volver a poner a las personas en el centro del debate de cómo diseñamos la ciudad, los espacios públicos y los edificios, y de cómo nos adaptamos a la emergencia climática y a las problemáticas derivadas de la pandemia y, en definitiva, de cómo nos volvemos a fusionar con la naturaleza.

¿En qué sentido entendéis la innovación en vuestra profesión?

La innovación es un valor y un criterio esencial en Batlleiroig, tanto en la estrategia singular y eficiente que se implementa en los procesos de trabajo como en la concepción, desarrollo y ejecución de los proyectos.

Batlleiroig
Oficinas Entegra. Foto Oriol Gómez

Vivimos tiempos cambiantes que requieren de actualizaciones constantes. En lugar de pensar que todo puede seguir igual y de limitarnos a utilizar exclusivamente los conocimientos que aprendimos hace tiempo –que probablemente nos conducirían a un final de ciclo inevitable–, debemos tratar de reaprender las diversas tecnologías que utilizamos y tenemos que continuar incrementando nuestro compromiso con la digitalización del sector.

Animamos a nuestro equipo humano a formarse constantemente, a evitar los estancamientos, a cambiar, a convertirse en verdaderos especialistas de cada una de las temáticas que abordan, a innovar en todas las soluciones que aplicamos, para así poder crear los mejores entornos para nuestros ciudadanos y encontrar soluciones que nos ayuden a combatir la emergencia climática.

Os habéis volcado en la madera en vuestro proyecto para las Oficinas T3 Diagonal Mar. ¿La madera es el futuro de la construcción?

Cada año elegimos a modo de reflexión interna un concepto del año. En el 2017 fue la ‘biodiversidad’, en el 2018 ‘cycling’, en el 2019 ‘emergencia climática’ y en el 2020 ‘autosuficiencia’. Para 2021, conscientes del impacto ambiental de los materiales en la construcción, seleccionamos ‘ciclo de vida verde’.

William McDonough, arquitecto paisajista estadounidense que ha desarrollado el concepto Cradle to Cradle, explica que sus objetivos son mantener un mundo exquisitamente diverso, seguro, saludable y justo, con aire, agua, suelo y energías limpias que se disfrute de una manera económica, ecológica, ética y elegante. Una nueva forma de interpretar el ecologismo, donde los materiales cumplen un ciclo cerrado ‘de la cuna a la cuna’ y donde el concepto de residuo desaparece.

La elección de la madera como material de construcción responde a este criterio de ciclo de vida verde. Se trata de un producto de proximidad, reciclable, con un consumo mínimo de CO2 en su fabricación y uso. Con su utilización se promueve la conservación del paisaje y la promoción de las economías locales. Es natural y contribuye a la creación de entornos saludables.

La madera se ha apoderado de muchas de nuestras obras, tanto de paisaje como de edificación, como por ejemplo en las pérgolas fotovoltaicas de la Ronda de Dalt construidas con madera laminada de alerce europeo.

Batlleiroig
Oficinas Entegra. Foto Oriol Gómez

O en la sede corporativa de Vega Instrumentos en Sant Cugat del Vallés, con estructura completa de madera laminada y contralaminada (CLT) de pino radiata, considerado el primer edificio de oficinas privado de España con una estructura íntegramente de madera; o en la fachada de madera de alerce siberiano carbonizada según la técnica milenaria japonesa conocida como Shou Sugi Ban del edificio de oficinas Entegra; o en la estructura de pino radiata del edificio de oficinas T3 Diagonal Mar; o en las celosías de madera acetilada de pino radiata que configuran la imagen doméstica de la sede de Roche Diagnostics en Sant Cugat del Vallés, entre otras.

¿Qué enseña la naturaleza a los arquitectos?

La pérdida de biodiversidad y la desconexión de los hábitats naturales amplifica los riesgos derivados de la crisis climática. Nuestros cuarenta años de trayectoria nos han demostrado que la solución está en la naturaleza, en su cuidado, regeneración y recuperación. Un lugar lleno de vida será siempre un lugar saludable y resiliente frente a las adversidades ambientales.

La biofilia es la conexión innata entre las personas y la naturaleza. Estrategias que articulan relaciones entre las personas, la arquitectura y la naturaleza impulsan el diseño de edificios biofílicos, edificios que fomentan la biodiversidad de su entorno, recuperan la naturaleza destruida en nuestras ciudades y promueven el bienestar de sus usuarios.

Todos los espacios públicos deben devenir espacios bioclimáticos con capacidad de trascender sus propios límites, infiltrándose entre los edificios y las infraestructuras contiguas. Los edificios deben tener el máximo confort interior, pero, también, deben tener la voluntad de producir las mínimas afectaciones en su entorno inmediato. El efecto de la isla de calor se puede mitigar a partir del efecto sombra y de la incorporación de elementos refrescantes que, a su vez, repercuten en la reducción de los consumos energéticos necesarios para alcanzar el confort interior.

Desde el nacimiento del estudio en 1981 habláis de naturaleza y paisaje, ¿se intuía el problema en aquella época?

En 1981 ganamos nuestro primer concurso público, la intervención paisajística en el cementerio de Roques Blanques en El Papiol, Barcelona; en la que, en cierta manera, ya se intuye una anticipación de todo el trabajo posterior del estudio.

Batlleiroig
Oficinas Tánger 36 en Barcelona. Promotor: FUM Group. Fotografía: Antonio Navarro Wijkmark.

Batlleiroig abordó el programa de los cementerios creando un gran jardín estructurado en una serie de terrazas escalonadas, donde se insertan discretamente los columbarios. En lugar de plantear el enclave como un pedregoso lugar colonizado por tumbas monumentales, se proyectó como un jardín mediterráneo que da continuidad a los bosques colindantes. Este fue el comienzo del convencimiento de que la naturaleza siempre es la respuesta.

Desde entonces, de una manera más o menos consciente, estamos comprometidos con el medioambiente e implicados en la búsqueda de soluciones para resolver la emergencia climática.

Batlleiroig
Oficinas Almogàvers 160 en Barcelona. Promotor: Conren Tramway. Fotografía: Antonio Navarro Wijkmark.

Cuando os enfrentais a un proyecto corporativo, ¿cuáles son las prioridades?

Cada encargo se realiza en un lugar diferente y debe dar respuesta a un programa y a unas necesidades de un cliente concreto. Esto ha inspirado dos de nuestros lemas: one site, one project / one client, one design. La importancia del lugar es determinante en la concreción del proyecto y cada cliente requiere una solución específica. Entender las necesidades/problemas del cliente corporativo nos permite dar soluciones únicas y a medida.

Conseguir un encargo es un momento importante en un estudio de arquitectura, pero a nosotros nos gusta mucho más cuando repetimos con un cliente – tanto si es público como privado – ya que esto quiere decir que hemos conseguido acabar la obra y los índices de satisfacción son elevados.

¿Cuál es el secreto para hacer una oficina más productiva?

Creemos que el secreto para hacer una oficina más productiva es una cadena de decisiones. En el caso de Batlleiroig las relaciones laborales de larga duración ayudan a la creación de una cultura que, junto con una formación continuada, nos permite delegar y confiar, creando equipos de alto rendimiento, teniendo como objetivo fundamental la calidad del producto y del servicio.

Por otro lado, ponemos en práctica algunas estrategias en nuestro campus de Esplugues. Una buena arquitectura, con luz natural y un buen repertorio de espacios exteriores, teniendo en cuenta cómo impacta el espacio en la salud y el bienestar de sus usuarios. La conexión con la naturaleza, entendiendo la oficina como una continuidad del espacio doméstico, eliminando barreras entre jerarquías, fomentando el free seating y los espacios de trabajo abiertos que estimulen y fomenten la productividad.

¿Cómo habéis conseguido ser el primer estudio de arquitectura con cinco Certificaciones ISO en España?

Apostando por la innovación, que es un valor y un criterio esencial en Batlleiroig, tanto en la estrategia singular y eficiente que se implementa en los procesos de trabajo como en la concepción, desarrollo y ejecución de los proyectos.

Estamos comprometidos con la implementación de dinámicas de mejora continua; apostando por la calidad y por la sistematización de los procesos.

Batlleiroig
Sede central de Stradivarius en el Parc de l’Alba de Cerdanyola del Vallés, Barcelona. Fotografía: Antonio Navarro Wijkmark.

Mantenemos un compromiso constante con la implementación de las herramientas informáticas y la tecnología más avanzada. Hacemos una importante inversión en recursos y formación continuada y desarrollando proyectos de investigación e innovación, nos adaptamos al nuevo paradigma climático y social del mundo actual.

¿Es complicado coordinar a tantos equipos en vuestro estudio?

En Batlleiroig, la especialización y el conocimiento profundo de la complejidad de cada materia se combinan con la experiencia multidisciplinar del despacho en proyectos de edificación, de paisaje, de espacio público y de planeamiento urbano. Nos organizamos en equipos de alto rendimiento con movilidad entre ellos, que no se comportan como “silos estancos”, permitiéndonos tener una visión global del proceso. Priorizamos un entorno de trabajo creativo y colaborativo, basado en la formación continua, la innovación y la excelencia; estableciendo una planificación de procesos actualizada y revisada semanalmente.

BATLLEIROIG

Manuel Florentín, 15

08950 Esplugues de Llobregat, Barcelona

Príncipe de Vergara 132, Planta 9, 28002 Madrid

Entrevista: Marcel Benedito

Fotografía: Batlleiroig, Antonio Navarro Wijkmark