Alertados por un extraño descubrimiento en un mundo a punto de irse a paseo, la jefa de policía de Los Angeles y su mejor activo ciberhumano se reúnen en el despacho de la primera. Estamos en Blade Runner 2049 y ¿qué vemos allí? ¡Ordenadores de pantalla de tubo y dos preciosos Rolodex!

oficina moderna blade runner

Ese es el futuro que nos espera según el director de la secuela de Blade Runner, Denis Villenueve y su director de producción, Dennis Gassner. Un mañana distópico y regresivo que conjuga el brutalismo arquitectónico con elementos que hoy consideramos vintage, para expresar la ausencia de porvenir.

Para diseñar los sets de la película, y especialmente los interiores del apartamento del replicante y el despacho de su superior, los responsables de arte decidieron imaginar un mundo en el que no hubiera existido Steve Jobs ni la Apple. Así cualquiera…

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Losetas de inspiración maya

Un mundo en que el diseño solo hace referencia al pasado, como las losetas de inspiración maya que adornan la cocina del androide: un universo donde el color blanco es privilegio de los más poderosos y el resto se tiene que conformar con una amplia gama de grises. La inteligencia artificial más evolucionada se mueve en un entorno más bien cochambroso resultado de una catástrofe que no nos explican ni falta que hace. La decadencia es el horizonte provocado por nuestra mala cabeza.

Lo que más nos divierte de este ejercicio decorativo basado en el sentimiento de culpabilidad ecológica es el escenario del despacho de la jefa de policía Joshi interpretada por la eficaz Robin Wright. Se presenta equipado con armarios metálicos recuperados de almoneda, y detalles tan sabrosos como la estufa de infrarrojos, las agendas Rolodex, archivadores polvorientos y ordenadores años 80. Hemos sido incapaces de identificar las sillas monocasco con ruedas, pero agradeceremos cualquier pista al respecto. Son perfectas por la escasa ergonomía que prometen.

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Arquitectura brutalista

La arquitectura brutalista de hormigón sin concesiones y grandes volúmenes, ahora tan reivindicada, es la respuesta pesimista a la estética Art Decó de la Blade Runner original. El mensaje está claro; si el 2019 que se vislumbraba en los 80 era duro, el 2049 visto de nuestra perspectiva será mucho peor, forastero.

En el mismo viaje, la cinta nos recuerda que la Inteligencia Artificial nos va a dejar sin trabajo y, a poco que nos descuidemos, nos romperá la crisma por anticuados. El viejo temor a la amenaza tecnológica resucita materializado en los organismos cibernéticos de los replicantes que, aunque parecen conformados con existir a nuestro servicio, no acaban de entender porque no pueden ser, sencillamente, un poco más humanos. Qué manía.

SOLO PARA COLECCIONISTAS CONSPICUOS

Los coleccionistas de objetos y muebles aparecidos en películas de culto (sí, existen y son muy pejigueros) están de fiesta con Blade Runner 2049 porque el repertorio de piezas recuperables es amplio y jugoso.

La despiadada replicante Luv se sienta en una butaca Ribbon, diseño de Pierre Paulin de color blanco mientras le hacen la manicura y ordena fríamente un ataque a kilómetros de distancia. La butaca sigue en producción en el catálogo de Artifort.

En el despacho de la jefa de policía de Los Angeles, podemos ver artilugios en desuso, pero también una fantástica lámpara de mesa E63, diseño de Umberto Riva que produce Tacchini.

Los relieves con diseño geométrico de la Ennis House de Frank Lloyd Wright que sirvieron de escenario a la primera Blade Runner se han recuperado en el apartamento del protagonista de 2049 a modo de homenaje estético.  La firma Offecct los recrea en la loseta acústica Soundwave Ennis.

La butaca Conseta donde se sienta el todopoderoso Wallace antes de ver nacer sus obras, es un diseño de F.W. Möller y sigue activo en el catálogo de Cor.

TEXTO MARCEL BENEDITO. 
FOTOGRAFÍA CORTESÍA DE WARNER BROS