Hasta hace pocos años, la iluminación LED se consideraba una innovación muy positiva pero no parecía práctico su uso generalizado, debido al alto coste. Hoy podemos decir que la llamada revolución LED ha terminado y los diodos emisores de luz han barrido al resto de opciones. Su uso ligado al Internet de las cosas multiplica por mil su potencial, especialmente en entornos corporativos.

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Desde las plantas industriales y las aceras de la ciudad hasta los electrodomésticos y la decoración navideña, la iluminación LED es más común que las luces incandescentes y fluorescentes que conocíamos en el pasado.

La eficiencia y la duración de las luces (la bombilla típica puede durar de 25.000 a 100.000 horas dependiendo de la configuración) son los principales beneficios, pero los LED ofrecen otras ventajas. Se encienden más rápidamente, se fabrican en una variedad más amplia de tamaño y están disponibles en más colores –sin necesidad de filtros– que las bombillas incandescentes. También son menos frágiles y más flexibles en términos de brillo que las luces tradicionales, lo que los convierte en una opción más rentable en muchas aplicaciones.

Iluminación y ciclo circadiano

La mayoría de las personas pasa cerca del 90 por ciento de su tiempo en interiores, lo que conlleva una falta de exposición a la luz solar. Esto causa trastornos en el sistema circadiano de la gente, conectado con el sueño y los estados de ánimo depresivos que pueden afectar negativamente a la productividad en el trabajo y el estudio.

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Espacio iluminado por Osram

Para resolver el problema, las aplicaciones de iluminación centrada en humanos (HCL) imitan la luz natural con colores ajustados que cambian de un blanco azul brillante durante el día a los tonos relajados de rojo y naranja en la noche para mejorar la respuesta natural del cuerpo al atardecer. Un estudio realizado por el Centro de Investigación de Iluminación de EEUU reveló que las personas expuestas a la luz efectiva en el trabajo circadiano se sienten más enérgicas y vitales.

Estas investigaciones revelan cómo la iluminación afecta la emoción y la productividad de las personas y subrayan la importancia de la iluminación en el lugar de trabajo. Los fabricantes de LED han lanzado varios productos ajustables para aplicaciones HCL.

LEDS más económicas

De hecho, si bien el coste de las luces LED fue un gran inconveniente en el pasado, en la actualidad se ha reducido considerablemente, y cuando se tiene en cuenta el coste por vida útil, las luces LED son mucho más económicas. Sin mencionar, por supuesto, el enorme ahorro de energía que permite el bajo consumo.

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Sistema de control de Osram

Todas estas ventajas son considerables cuando se buscan opciones de iluminación para aplicaciones corporativas, pero lo que realmente empuja a la iluminación LED al mundo de la revolución es el papel clave que desempeña en el Internet de las cosas. Algunos incluso podrían argumentar que el LED es la pieza clave que dará vida a toda la IoT y le permitirá alcanzar su potencial.

Las luces LED son inherentemente amigables con los controles digitales, debido a que se trata de un dispositivo semiconductor de bajo voltaje. Esto lo hace muy adecuado para conectar con microchips, a diferencia de las fuentes de luz más antiguas. En resumen, se combinan más fácilmente con los sensores y microprocesadores que se requieren para crear un sistema de luz «inteligente».

¿Por qué la iluminación LED es tan importante?  

La respuesta es simple: la iluminación está en todas partes. Según Jackie Roberson, de la asociación norteamericana Ledinside, “otros dispositivos conectados con IoT son de uso común como la calefacción y la refrigeración, pero ninguno es tan omnipresente y ubicuo como la iluminación”.

Más allá de la idea de ahorro de energía, la iluminación también proporciona puntos de vista ideales desde los cuales recopilar datos sobre las personas y los objetos que se iluminan. Por ejemplo, la idea de una luz activada por movimiento no es nueva. Se encuentran en hogares y empresas desde hace años, y permite ahorrar dinero al encenderlos y apagarlos de acuerdo con el movimiento en el espacio.

Espacio iluminado por Lledó

Sin embargo, la iluminación LED conectada puede llevar la idea de detección de movimiento aún más lejos. Al equipar la iluminación con sensores y microprocesadores, la iluminación no solo puede encenderse y apagarse, sino que también puede recopilar información sobre cuándo se utilizan las luces y, en algunos casos, usar firmas de calor para detectar cuántas personas hay en la habitación. Esto se puede usar en grandes oficinas, lo que ayuda a la empresa no solo a ahorrar recursos sino, también, a diseñar un mejor espacio de trabajo para los empleados.

“Cuando las luces detectan patrones de movimiento, se puede mover a los empleados para que estén más cerca para mejorar la productividad, o se pueden reconfigurar las salas de conferencias para aprovechar mejor el espacio”, dice Roberson.

Fuentes de información

Las luces LED conectadas en las ciudades se pueden utilizar de manera similar. Además de la iluminación que se puede controlar de forma remota, los sensores en las luces pueden recopilar información sobre el ruido, el tráfico, la calidad del aire y más. Estos datos se pueden utilizar para desarrollar nuevas soluciones y mejorar la vida de los ciudadanos, al tiempo que ahorran dinero.

Feuerle Collection en Berlín iluminada por Erco

La iluminación tiene más capacidad para recopilar datos que cualquier otro tipo de dispositivo y, a menudo, es un factor definitorio en los escenarios de IoT. Mientras que el simple hecho de cambiar a las luces LED puede ahorrar dinero, los beneficios que se obtienen de las conexiones con Internet que permite y la información resultante, probablemente, aportará el verdadero beneficio de este revolucionario elemento luminoso.

TEXTO MARCO BRIONI