La planificación de los nuevos entornos laborales debe garantizar el bienestar de los trabajadores, promover la cultura de la salud y el intercambio de experiencias en el interior de espacios sostenibles. La salud mental de las personas y la inclusión son los desafíos más acuciantes en este escenario.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define un espacio de trabajo saludable como aquel en el que los trabajadores y gestores colaboran en un proceso de mejora continua para proteger y promover la salud, la seguridad, el bienestar de las personas y la sostenibilidad. Para ello, considera los problemas de salud y seguridad en el entorno físico, en el ámbito psicosocial, los recursos personales de salud y las formas de participar en la comunidad para mejorar la salud de los trabajadores y sus familias.

Las empresas deben considerar el tema de la salud en su entorno de trabajo como un factor fundamental de su actividad y, además, enfocarlo desde un punto de vista amplio. No es suficiente con cuidar el ambiente físico de la sede empresarial y la seguridad laboral o en la prevención de riesgos y accidentes de trabajo. También debe atender aspectos relacionados con los hábitos de salud, los factores psicosociales y psicológicos, además del desarrollo de un entorno sostenible, que garantice la diversidad y la inclusión. La salud, en un sentido holístico.

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Espacio de relax proyectado por el estudio alemán MTTR Architekten para la muestra Future of Work, Ambiente Frankfurt.

Según la agencia European Network for Workplace Health Promotion (ENWHP) el trabajo saludable repercute tanto en la calidad de la vida laboral como en la no laboral, y contribuye al nivel de protección de la salud de las comunidades. También repercute en el rendimiento microeconómico (productividad e innovación) y el rendimiento macroeconómico (eficiencia de los sectores de atención de la salud, bienestar y educación, competitividad de las empresas a nivel empresarial, nacional y europeo). El trabajo saludable contribuye a la cohesión social, añade la ENWHP. Se organiza a través de procesos, tanto dentro como fuera de los lugares de trabajo.

La salud mental, prioritaria

El concepto de empresa saludable nace con la intención de combatir estructuras organizacionales nocivas para el desarrollo profesional, tales como las problemáticas del presentismo y el absentismo en el ámbito laboral. Se trata de que los directivos actúen y den importancia al activo más importante de cualquier organización: el capital humano.

El bienestar mental de las personas en el trabajo es bueno para todos y mejora la resiliencia y el éxito personal y organizacional. Todos tienen un papel que desempeñar, tanto en el cuidado de su propia salud mental como en la creación de un lugar de trabajo mentalmente saludable.

Dentro de la gran diversidad de empresas y organizaciones, los entornos de trabajo mentalmente saludables tienen algunas cosas en común que los identifica. De entrada, se dan en un entorno de cultura laboral positiva. En pocas palabras, son lugares donde las personas se sienten bien cuando van a trabajar, y reciben apoyo.

El bienestar mental mejora el éxito de las organizaciones

En estas empresas se aprende a gestionar el estrés y otros riesgos para la salud mental como las grandes cargas de trabajo, los plazos poco realistas, la mala comunicación y la incertidumbre. También se apoya a personas con problemas de salud mental. Es competencia de los gerentes y líderes mantener bajo control los factores que pueden contribuir a generar ansiedad y depresión. Ayudar a los empleados a permanecer o regresar al trabajo tiene claros beneficios, tanto para el individuo como para la empresa.

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En el atrio de la Det Kgl. Bibliotek (Biblioteca Real Danesa) de Aarhus, la iluminación de Erco favorece el crecimiento saludable de las plantas y el bienestar de las personas. Fotografía: Johan Elm.
 

El Instituto Nacional de Estadística de España (INE) afirma que el 59 % de los profesionales españoles sufren de estrés en el trabajo. Un porcentaje altísimo, que requiere de atención inmediata por parte de las diferentes empresas y sectores de negocio.

Por supuesto, siempre debe darse un enfoque de tolerancia cero a la discriminación. Además de ser un requisito legal, proteger a los empleados de la discriminación fomenta una fuerza laboral diversa y garantiza que todos tengan un trato justo.

Invertir en salud

La consultora especializada Workmeter define una empresa saludable como aquella que “promueve la autenticidad, la flexibilidad, la felicidad, el liderazgo compartido, la diversidad de género y cultura, valorando así a las personas que forman parte de su equipo de trabajo e impulsando su desarrollo humano y profesional”.

Cada año en el mundo se produce la muerte de casi dos millones de personas como consecuencia de accidentes de trabajo, enfermedades o traumatismos derivados de la actividad laboral. El 8% de las enfermedades causadas por depresión en el mundo se dan como una consecuencia de los riesgos ocupacionales a los que se enfrentan los profesionales. En Europa, aproximadamente, 1000 trabajadores mueren diariamente debido a condiciones laborales poco seguras o no saludables.

Invertir en salud, además de mejorar el bienestar del equipo de trabajo, mejora la reputación de la empresa, aumenta la productividad, promueve la sostenibilidad y aporta estabilidad económica a largo plazo. Tal inversión repercute positivamente sobre la compañía y sus trabajadores.

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Un ambiente equipado con mobiliario de Extremis.

La aplicación del modelo de ambiente saludable debe ser liderado por profesionales responsables que comprendan y compartan todos los aspectos del proceso, así como un estilo de vida saludable. De esta manera, será posible determinar un entorno de cooperación y confianza seguro que potencie el compromiso entre los trabajadores generando un impacto positivo en los resultados y la consecución de objetivos.

Los entornos saludables y seguros reducen la siniestralidad

Los entornos saludables y seguros reducen la siniestralidad laboral y las enfermedades profesionales, mejoran la imagen corporativa ya que mantienen un ambiente óptimo y condiciones de trabajo sanas. Todo ello conduce a un ecosistema que resulta atractivo para los profesionales con talento que escogen con criterios no basados exclusivamente en la remuneración.

Los trabajadores se sienten cuidados y protegidos lo que promueve la motivación laboral, el sentido de pertenencia y la participación proactiva en los proyectos de la empresa, el flujo de nuevas ideas y la consecución de los objetivos.

Cuando un equipo se desarrolla dentro de un ambiente laboral saludable, sabe cómo gestionar las diferencias y tensiones, pues las bases se las ha brindado la empresa con sus políticas y formaciones de gestión. Además, el profesional que crece y se desarrolla en una empresa con un modelo de gestión saludable aprende a resolver las diferencias desde una dimensión consciente y altruista, comprendiendo la posición y opinión ajena. El beneficio que genera este modelo de empresa saludable es evidente tanto en el desarrollo individual de cada profesional como en el rendimiento de proyectos y el crecimiento empresarial.